3.
APLICACIÓN DEL CONSTRUCTIVISMO EN EL AULA
Ahora que
conocemos con todo el conocimiento previo, podemos dar paso a la aplicación del
constructivismo y para ello hemos tomado principalmente la concepción de César
Coll. Para hacerlo más comprensible, este tema se subdivide 7 subtemas que desarrollaremos
en breve. Pero antes, es necesario señalar que solo nos enfocaremos en el marco
escolar, puesto que las construcciones fuera de él se escapan del control y
competencias del maestro.
3.1 La concepción
constructivista para el docente
Coll nos dice
que no debemos tomar al constructivismo como un recetario, sino como una serie
de postulados que permitan al docente diagnosticar, establecer juicios y tomar
decisiones sobre la enseñanza, tanto como sea posible.
Propone a los
profesores como los responsables para desempeñar esta tarea, es por eso que
deben contar con marcos explicativos para permitir la interpretación, el análisis,
y otros aspectos educativos.
A pesar de que
es el alumno quien realiza la construcción de su propio conocimiento, el
docente juega un papel muy importante como facilitador, orientador y problematizador
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En otras palabras, el docente funciona
como un elemento externo en función del alumno para, de alguna manera, obligarle a realizar dicha construcción.
Entonces,
gracias a la concepción constructivista el docente puede fundamentarse en esta
teoría (o enfoque) para ejecutar sus distintas funciones, llámese
planificación, toma de decisiones, la enseñanza, la corrección, entre otros.
3.2
Disponibilidad y sentido de aprendizaje
El proceso de
cambio de mentalidad, o reorganización de esquemas mentales de conocimiento,
supone interés, motivación por parte del alumno, y es el docente quien debe
motivarlo (o como mencionábamos en el punto anterior: obligarlo de alguna manera) a que realice este cambio estructural a
nivel cognitivo. Entiéndase que por cambio
estructural, nos referimos al aprendizaje.
Con anterioridad
(véase 1 de «Generalidades») salía a flote
el factor de la disposición interna
que puede referirse a las capacidades de equilibrio personal como el auto-concepto
y la autoestima. Éste y factores relacionales y afectivos se ven involucrados
en el aprendizaje. Por lo tanto, no cabe duda que a medida que el alumno
construye su conocimiento, lleva de la mano la forma de verse a sí mismo y al
mundo que le rodea y cómo relacionarse con él.
Ausubel
consideraba que para que se diera un aprendizaje significativo era necesario
que el alumno manifestara una disposición hacia el mismo. Categorizó, además,
la llamada disposición en profunda y superficial.
Coll señalaba que
el alumno debe conocer el propósito de la tarea que realice para relacionar lo
que implica dicha tarea con sus propias necesidades e intereses, ya que, en
caso contrario podría presentarse la dificultad de realizar un estudio a profundidad.
3.3 Punto de
partida
La autora
Mariana Miras señala que los conocimientos previos son el punto referencial
para iniciar con los nuevos contenidos o proceso de enseñanza-aprendizaje que
se quiera desarrollar con los alumnos en general. En la concepción constructivista,
se plantean 3 elementos clave para diagnosticar al alumno:
* En primer
lugar, la disposición de los alumnos para aprender.
* Segundo, nos
enfrentamos con el nivel de inteligencia del alumnado que abarca diferentes
competencias y capacidades.
* Finalmente, el
tercer elemento nos refiere a capacidades adquiridas con el tiempo: el lenguaje
oral, lectura comprensiva, capacidades de análisis, etc.
3.4 Aprendizaje
de contenidos
Planteemos una
pregunta: Como maestro, ¿Cómo hacer que los alumnos aprendan los contenidos que
se le enseñan?
Al igual que el
postulado anterior, a partir del conocimiento previo y las experiencias que posee
el alumno se inicia la construcción del nuevo conocimiento; de esta manera, el
alumno puede relacionar y concatenar conceptos y significados conocidos con los
que, hasta ese entonces, le habían sido desconocidos.
Se sabe gracias
a la psicología del aprendizaje, que en la mente de los alumnos existen
esquemas de tipo declarativo y procedimental, y estos les permiten manejar una
representación personal de la realidad inmediata.
3.5 Las Zonas de
Desarrollo
En las zonas de
desarrollo encontramos la relación profesor-alumno y la relación alumno-alumno.
Ambos tipos poseen sus propias características distintivas.
En la relación docente-alumno
se recomienda incluir actividades cotidianas, promover la participación, crear
un ambiente ameno, relacionar conceptos e intentar usar lenguaje claro para
evitar malentendidos o que no se comprenda la idea que se expresa.
En cuanto a la relación
entre alumnos, es de provecho que expresen sus puntos de vista, que comuniquen
los temas que manejen y reciban orientación en los que no.
3.6 Enfoques Didácticos
Para intentar
dar respuesta a preguntas referentes a modelos
eficaces de enseñanza, podemos recurrir
a los criterios propuestos por Raths (1973. Citado por Coll).
Raths enumera 12
principios para que el profesor se guíe en el diseño de actividades de
aprendizaje:
1. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si permite al alumno tomar
decisiones razonables respecto a cómo desarrollarla y ver las consecuencias de
su elección.
2. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si atribuye al alumno un rol activo
en su realización.
3. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si exige al alumno una
investigación de ideas, procesos intelectuales, sucesos o fenómenos de orden
personal o social y le estimula a comprometerse en ella.
4. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si obliga al alumno a interactuar
con su realidad.
5. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si puede ser realizada por alumnos
de diversos niveles de capacidad y con intereses diferentes.
6. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si obliga al alumno a examinar en
un contexto nuevo una idea, concepto, ley, etc., que ya conoce.
7. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si obliga al alumno a examinar
ideas o sucesos que normalmente son aceptados sin más por la sociedad.
8. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si coloca al alumno y al enseñante
en una posición de éxito, fracaso o crítica.
9. A condiciones
iguales, una actividad es preferible a otra si obliga al alumno a reconsiderar
y revisar sus esfuerzos iniciales.
10. A
condiciones iguales, una actividad es preferible a otra si obliga a aplicar y
dominar reglas significativas, normas o disciplinas.
11. A
condiciones iguales, una actividad es preferible a otra si ofrece al alumno la
posibilidad de planificarla con otros, participar en su desarrollo y comparar
los resultados obtenidos.
12. A
condiciones iguales, una actividad es preferible a otra si es relevante para
los propósitos e intereses explícitos de los alumnos.
3.7 Evaluaciones
A pesar de que
parece contradictorio realizar evaluaciones cuando se ha adoptado el constructivismo
como método de enseñanza, se han diseñado algunas pautas para que el docente se
guíe y oriente las prácticas evaluativas.
* El proceso de
construcción de significados es inseparable del de la atribución de sentido a
los contenidos. Por tanto, la evaluación dependerá tanto de uno como de otro.
* La evaluación
no tendrá como objetivo comprobar si el aprendizaje es o no significativo, al
tratarse de una cuestión de grado se trata de comprobar el grado de
significatividad.
* Por lo
general, las actividades de evaluación son parciales: "siempre aprenden
mucho más de lo se podría captar".
* Ya que el
proceso de construcción de significados es dinámico, la evaluación basada en
una única "instantánea" no es aconsejable.
* El contexto en
el que se evalúa es tan importante como el contexto ene l que se lleva a cabo
el aprendizaje, por ello deberían utilizarse una gran variedad de actividades
de evaluación.
* La
funcionalidad del aprendizaje (capacidad de utilizar dicho aprendizaje para la
construcción de otros significados) es uno de los factores más importantes a la
hora de evaluar.
* La toma de
control y responsabilidad en la realización de una actividad por parte del
alumno es otro indicador importante a tener en cuenta para la evaluación.
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